En una nube viajera que llegará adonde tú te mando desde Moscú mi amor hasta Venezuela. He conseguido una vela de viento y agua del norte pues no piden pasaporte a un mensaje tan ligero pero me temo que el cielo tampo co me lo transporte. Seguro los elementos tampoco comprenderán, quién sabe si llegarán a caer en su momento. Quizás un maldito viento contrarrevolucionario deje mi amor en el radio de un palacio, de un convento. No debo dejarlo al tiempo, lo deben decir mis labios. Y aquí me ves construyente cantando en vez de volar y no puedes escuchar, no es porque yo no lo intente otras luces en mi frente -caminos vírgenes, largos- llenos de sueños y dardos, canciones de mucha gente hacen mi amor más valiente cuanto más me sabe amargo.